lunes, 20 de febrero de 2017

La verdad absoluta

Mucho se dice sobre la forma en la que los hombres y las mujeres toman el sexo. Que los manes solo piensan en eso, que las viejas piensan mucho más en eso pero que son más reservadas. Que el tamaño sí importa, que el condón quita sensibilidad. Infinidad de cosas que dan para arreglar cualquier reunión aburrida; es un tema que nunca aburre al hablar.

Lo que nunca me dijeron fue que el sexo iba a ser la parte más hijueputa de una ruptura. Es decir, en estas dos o tres semanas que han sido las peores de mi vida, he llegado a muchas conclusiones, pero nunca a una como la de hoy. Y es raro, porque llegué a ella hablando con mi ex, no con la que terminé hace dos o tres semanas, sino con mi primera ex, la que fue antes de ella.

Estábamos hablando sobre ella y la conexión que sentía con su ex novio, con el que terminó hace un mes. Me decía que a pesar de que el man no era el mejor del universo, ella sentía una conexión muy fuerte con él, y que por eso no podía estar con otro man tan rápido, al menos no por ahora. Me ganó la curiosidad y le pregunté que luego de terminar conmigo (hace casi 6 años), cuánto tuvo que esperar para estar de nuevo con otro man, y me dijo que entre seis y ocho meses.

Luego de eso, las palabras empezaron a salir de mi boca sin filtro alguno, como cuando uno vomita, es imposible detener el flujo de las cosas que uno tiene por dentro y quieren salir. ‘’Dejamos de hablar en noviembre aunque no fue terminada como tal, para mí la terminada fue hace como tres semanas, pero bueno, supongamos que fue en noviembre. En diciembre ya se estaba hablando con el man y en enero, justo cuando volvió al país, lo primero que hizo fue invitarlo a su casa a emborracharse y comérselo en el mismo lugar en el que los dos pasamos infinidad de noches. Fueron cuatro años, por dios, tanto afán tenia de demostrarme que ya me mandó a la mierda?’’.

Tal vez son puras estupideces de hombre herido, de ego lastimado y humillado, tal vez tengo justificación. No estoy seguro. Solo sé que hubiese preferido que me pusiera los cachos mil veces pero, no en el mismo lugar que yo pensé era nuestro. Y en ese momento entendí lo que me contaba mi ex, la primera, sobre la conexión. Yo, que siempre intenté ser muy relajado y abierto respecto al sexo, descubrí que en el fondo soy un marido de los años 20 con respecto a la cama. Y entonces me pegó de golpe la verdad: lo que me más me dolió en toda la terminada no fueron los cuatro años que sentí que se fueron a la basura, tampoco que me mintieras mirándome a los ojos cuando me dijiste que no había nadie más, o que ese alguien más era un man del que nos burlábamos y del que decías que nunca sentirías nada porque es un idiota, no. Lo que me dolió fue saber que nunca voy a volver a culearte en esa cama que no era nuestra, y que esos polvos que eran de otro mundo no van a volver.
En adición a lo anterior, vienen las dudas normales que un man siempre tiene en la cabeza: ¿será que el man dura más? ¿Será que el man te coge mejor? ¿Será que quedas con la misma cara de cansada y contenta con la que yo te dejaba? ¿Será que le dices que es mejor polvo que yo? Todas las cosas que cogen la seguridad y la autoestima de un man y la acaban en un segundo.


Como dice mi amigo Felipe, ‘’nadie se muere de esto, ya se le pasará’’. Él, que encontró a su novia literalmente teniendo sexo con otro man. Supongo que tuvo que comer tanta mierda como yo, o incluso más, así que debe saber de lo que habla. Él la pudo perdonar por eso en algún punto, yo no creo que la pueda perdonar, y no es el hecho de hacerlo, sino el hecho de haberse esforzado por que me enterara del tema. Hay mil detalles de por medio que voy a dejar para otras columnas, supongo que todas se van a tratar de lo mismo al menos las siguientes semanas. Lo bueno es que me queda claro que solo hay una verdad absoluta: ojos que no ven, corazón que no se vuelve mierda por pensar que alguien se culea a tu ex mejor que tú en la misma cama que lo hacían unas semanas atrás.

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